La dieta vegana: ¿Cómo bajar de peso?

La alimentación vegana puede convertirse en una interesante fuente de salud. No obstante, su popularización también ha ido acompañada de ciertos mitos. Hay algunas creencias generalizadas con respecto a este modelo de alimentación que no son de todo ciertas. Por ejemplo, se tiende a creer que la dieta vegana está libre de azúcar o que siempre contribuye a adelgazar. Ambas afirmaciones son relativamente ciertas. Algunos alimentos de origen vegetal tienen una gran presencia de azúcares, otros, engordan. En realidad, los efectos de una dieta vegana a largo plazo vienen determinados por nuestro plan de alimentación y la forma en que se conjugan los platos e ingredientes. Además, existen complementos para dietas que pueden potenciar los resultados.

A continuación, te damos algunos consejos que te pueden ayudar a reconducir tus hábitos hacia tus objetivos. ¡Presta atención!

Reducir las fuentes de hidratos

Cuando se implementa una dieta vegana inevitablemente se incrementa el volumen de consumo de frutas, verduras, cereales y derivados o legumbres. La principal consecuencia que se deriva de esto es un incremento del peso corporal. Paradójicamente, una dieta más saludable se traduce en unos kilos de más. ¿La razón? Consumir en mayor medida este tipo de alimentos conlleva una mayor presencia de hidratos.

A pesar de que su ingesta no produce problemas de forma directa en la salud, lo más aconsejable es dosificar bien las cantidades. Para lograrlo, puedes moderar la presencia de pastas, harinas y granos enteros. Para contrarrestar esta reducción puedes incrementar el peso de las legumbres que tienen un efecto saciante y además, son más ricas nutricionalmente hablando porque son una interesante fuente de fibra y proteínas vegetales. Además, también puedes aumentar la presencia de verduras frescas en tus platos y (en menor medida) de frutas. Ten en cuenta que la fruta es muy rica en fructosa (azúcar) por lo que debes asegurarte de no sobrepasar la dosis diaria recomendada.

Incrementar las fuentes de proteínas vegetales

Las proteínas generan un interesante efecto saciante que puede ayudarte a reducir el consumo de hidratos. Esta estrategia puede ser especialmente interesante si tus nuevas pautas de alimentación están enfocadas a la pérdida de peso.

Puedes, por ejemplo, recurrir al consumo de legumbres, la soja y superalimentos como el cacahuete, el tofu o el seitán.

Los frutos secos en general y las semillas o algas como la chlorella o la espirulina pueden proporcionarte una cuota saludable de proteínas de origen vegetal.

Evitar el azúcar, siropes y jarabes

Aunque generalmente el azúcar tiende a asociarse a alimentos procesados, lo cierto es que también está de forma natural en muchos alimentos vegetales. Por lo tanto, el hecho de optar por una dieta vegana no necesariamente tiene por qué significar una reducción en el consumo de azúcar. Presta atención al consumo de frutas con elevados niveles de fructosa y trata de eliminar el azúcar blanco, el moreno y el integral. Así como todos aquellos ingredientes que sean ricos en azúcares como jarabes o siropes. Además de que no proporcionan ningún tipo de efecto saciante, contribuyen a incrementar el peso corporal.

No obstante, esto no tiene por qué significar reducir a los sabores y aromas dulces. De hecho existen fórmulas edulcorantes de origen natural o vegetal como la stevia.

Escoger agua como bebida habitual

Aunque en el mercado es posible encontrar una gran diversidad de zumos o refrescos vegetales y, a priori, podrían percibirse como una fuente de salud, lo cierto es que no son recomendables. Al menos, no como una bebida habitual. La mayoría de estos productos contienen niveles de azúcares elevados, lo cual se traduce en un incremento de peso y, a largo plazo, en posibles problemas de salud como diabetes.

El agua debe ser tu bebida habitual. Es la opción más saludable porque además de hidratarnos, no supone un consumo extra de calorías en nuestra dieta ni tampoco contiene elementos químicos potencialmente tóxicos como conservantes o aromatizantes artificiales.

Reducir al máximo la ingesta de alcohol

A pesar de que muchas bebidas alcohólicas se entiendan aptas para dietas veganas, lo cierto es que en su composición podemos encontrar elementos perjudiciales para nuestra salud. No sólo el alcohol, que además de generar daños en el hígado ralentiza el metabolismo dificultando la quema de grasas o la pérdida de peso. La mayoría de ellas también son muy ricas en azúcares.

El alcohol es una sustancia altamente adictiva y que no proporciona ningún tipo de beneficio a nuestra salud. Reducir su consumo debe ser una prioridad y si en determinadas ocasiones optamos por su consumo, es preferible sustituir las bebidas industriales por otras alternativas basadas en ingredientes naturales y libres de aditivos. Por ejemplo, un cóctel casero elaborado a partir de frutas.

Evitar las frituras

Los platos ricos en frituras pueden representar riesgos para la salud a largo plazo. Especialmente si tienen un protagonismo importante dentro de nuestra rutina de alimentación. Aunque pueden integrarse perfectamente dentro de los planes veganos, su abuso puede contribuir a incrementar nuestro peso y generar otro tipo de problemas en el sistema cardiovascular o derivar en un aumento del colesterol. Opta con mayor frecuencia por cocinar tus platos a través del horno, notarás la diferencia.

Cocinar más en casa

Aunque existen excepciones, la mayoría de alimentos que se consumen en bares y restaurantes son de peor calidad que aquellos que se cocinan en casa. Suelen contener una mayor cantidad de azúcares y calorías por lo que limitar su consumo también es un importante factor de salud. Dentro de esta consideración, también entran en juego aquellos platos veganos, como por ejemplo, las hamburguesas de origen vegetal. A pesar de que no contengan ningún alimento procedente de la carne, no dejan de ser propuestas ultraprocesadas y, por lo tanto, no muy saludables.

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