El sello V-Label certifica si un producto es vegano o vegetariano. Esta etiqueta la otorga la EVU (Unión Vegetariana Europea), una organización fundada en 1988 en los Países Bajos.
Esta sociedad aglutina a más de 200 sociedades de más de 30 países. Además de la creación del sello V-Label, la EVU representa a sus miembros en la UE, ofrece una plataforma de cooperación, lucha para que se aumente la conciencia pública sobre la vida vegana e intenta presionar en las decisiones políticas de gobiernos e instituciones.
En España se fundó en 2003 la Unión Vegetariana Española (UVE), una asociación no lucrativa que pende directamente de la EVU.
El sello nació en 1995. A medida que los artículos veganos y vegetarianos han ido en aumento, la EVU solicitó a la UE que se definiera cómo marcar este tipo de alimentos y, aunque inicialmente la Unión Europea se negó, la EVU presionó hasta conseguirlo.
La etiqueta es sencilla y fácilmente reconocible para los consumidores.
El mercado de alimentos, cosméticos e higiene de origen vegetal está creciendo cada vez más. Hay un nicho de mercado cada vez más amplio para este sector y crece el número de consumidores, bien sea por convicciones morales, religiosas, por temas de salud, compromisos medioambientales, etc.
A nivel europeo no hay unas normas homogéneas en la definición legal de los estándares de lo que es vegano o vegetariano. La V-label promueve la claridad en el etiquetado y permite la fácil y correcta identificación de estos artículos.
Beneficios del certificado V-Label para las empresas
Muchas empresas crean sus propios sellos para definir sus productos de origen vegetal. De esta forma cada empresa tiene sus propios estándares para definir qué es vegano o vegetariano, cosa que da lugar a contradicciones entre empresas y fabricantes. El etiquetado propio no tiene un control por parte de organismos independientes. Esta mayor claridad en el etiquetado de productos es lo que ofrece la Unión Vegetariana Europea con su sello.
Las empresas pueden externalizar la clasificación de sus artículos veganos y vegetarianos y el obtener el certificado V-Label permite una mayor transparencia para los consumidores. Otras empresas no pueden obtener el sello para todos sus productos, por lo que su propio clasificado convive con otros artículos que sí cuentan con V-Label. Como ejemplo podemos encontrar en Mercadona o Lidl alimentos con sello propio y otros con V-Label.
Por ejemplo, estos helados veganos de Mercadona cuentan con especificación propia y no con V-Label.
A continuación vemos un ejemplo del V-Label en la tortilla vegana de Lidl.
¿Cómo se obtiene el sello vegano y vegetariano?
Las empresas que quieran tener este sello deben facilitar absolutamente todo el listado de ingredientes, aditivos utilizados, etc. Una vez otorgado el certificado, en caso de cambio de ingredientes, deben comunicarlo para su estudio. La EVU inspeccionará dichos artículos. Este proceso tarda unas 8 semanas en total. Las empresas deberán pagar una cuota de inspección y una cuota anual para tener el sello activo.
Beneficios de la etiqueta para el consumidor
Podemos pensar que no es necesario guiarnos por una etiqueta para saber si un producto es de origen vegetal o si ha sido testado o no en animales, y que bastaría con leer los ingredientes. Pero esto no es así. Algunos de los ingredientes se especifican con aditivos, llamados números E, cuyos significados muchos consumidores desconocen. Además, hay muchos aditivos que se utilizan en los procesados que tienen procedencia animal y que no es necesario incluir en los etiquetados. En este tipo de casos es cuando el certificado V-Label otorga al consumidor la tranquilidad necesaria para elegir un producto con todas las garantías.
¿Qué estándares cumple el sello vegano?
La V-Label especifica las diferencias entre vegano y vegetariano. Los productos veganos no solo no contienen derivados de origen animal, sino que éstos tampoco intervienen en su producción.
Como dato, el sello no se otorgará a productos genéticamente modificados o que utilicen huevos que procedan de gallinas enjauladas. Es más, el proceso de licencia cubre el periodo desde la cosecha hasta el embalado final.
Trazas y contaminantes
Algo que preocupa mucho a los consumidores es la presencia de trazas o contaminantes de origen animal. Son las empresas las que deciden si avisar o no voluntariamente de la posible presencia de trazas, aunque es conveniente que lo especifiquen, ya que de este modo evitan poder tener consecuencias legales. Este aviso no significa que estos alimentos tengan ingredientes o derivados animales, pero sí notifican de una posible contaminación cruzada. Esta contaminación no deber superar un gramo por kilo (1%) para que la Unión Vegetariana Europea otorgue la V-Label.
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